De ellos he apredido …
A quedarme callada y a mostrar los dientes si la circunstancia llama.
A llorar bajito, en silencio, quizá una lágrima....
He aprendido que, si nos unimos varios, debe haber seguridad y calma.
De ellos ha apredido a curar, aunque sea con saliva, las propias heridas y las ajenas.
Todo a cambio de nada.
He aprendido que de la incertidumbre viene esa fuerza que empuja al alma.
Que con solo vivir crece esa llama que a veces quema y a veces salva...
que no hay que arrojar más leño, pues sola arde y se gasta.
En ellos he visto que la razón por la fuerza cansa y que no hay como el amor para hallar enseñanza.
De ellos he aprendido que es alegría una puerta que se abre, una llave que suena, un motor que anda.
Y que el aire en la cara, aunque no deja respirar, es felicidad que ahoga, libertad, un paseo sin atadura, una novedad o una esperanza.
He visto en ellos que hay una hora para contemplar, otra para buscar, para recibir, para dar y otra para rascarse la cabeza….
De ellos he aprendido, amigos, todo lo que sé acerca de La Belleza.
PH. 2010.
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